lunes, 2 de noviembre de 2015

Jugamos con espuma

No es la primera vez que os hablo de la espuma como material sensorial didáctico, pero es que tiene un montón de posibilidades.
La experiencia me ha dicho que la mejor es la espuma de afeitar, tiene una textura mucho más cremosa que la del pelo y las hay super baratas de marcas blancas.
Las cubetas de plástico son el mejor sitio para vaciar uno o dos botes y empezar simplemente tocando. Es habitual que a los niños con desórdenes sensoriales les cueste un poquito al principio pero es un elemento tan divertido que esa barrera suele superarse rápidamente.





Una vez que hemos superado la fase de hacer montañas, muñecos de nieve, olerla, ponerse una nariz de espuma... podemos ir echando cosas. De una en una mejor.
En la primera imagen podéis ver letras de plástico que primero íbamos buscando y que después limpiamamos con los dedos, repasando así la grafía e identificación pero sin exigencias, sin siquiera hablar del tema, sólo tocando y jugando.

En la segunda imagen hay bolitas de agua que ya vimos aquí y que son perfectas para incluir en cualquier actividad sensorial. Las fotos son de días distintos, por eso hay cosas distintas en la espuma y las cubetas son de diferentes colores.


Y una vez superada la fase de sólidos, podemos dar color a la espuma con un poco de colorante o, como en este caso, con purpurina. Nosotras usamos unas pajitas de plástico para mezclarla bien. 
Y después nos dedicamos a estampar y esparcir en una cartulina negra. Como veis, buscando contrastes.




No hay comentarios:

Publicar un comentario